Corpus Christi (latín: 'Cuerpo de Cristo') o Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo (también llamada Corpus Domini ('Cuerpo del Señor') es una fiesta de la Iglesia Católica destinada a celebrar la Eucaristía. Su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de la Iglesia Católica en Jesucristo presente en el Santísimo Sacramento. La Celebración se lleva a cabo el siguiente jueves al octavo domingo después del Domingo de Resurrección (es decir, 60 días después del Domingo de Resurrección; formalmente es el jueves que sigue al noveno domingo siguiente a la primera luna llena de primavera del hemisferio norte). En muchos lugares es una fiesta de especial relevancia y en varios países es un día festivo oficial (ciertas partes de España, Austria, partes de Alemania y Suiza, Brasil, República Dominicana, Bolivia, Croacia, Polonia, Trinidad y Tobago, Portugal, Perú y Venezuela).
En Maizal
En este día en Maizal el Padre Francisco Paulino (Párroco de Nuestra Parroquia), realizó la celebración de tan importante eucaristía, acudiendo cientos de personas, en donde jóvenes hicieron su primera comunión. Este día nos recuerda al que se ha entregado y se entrega cada día en el altar por nosotros y por nuestro amor.
Celebramos el Sacramento del Amor y ese amor nos invita a corresponder, a no encerrarnos en nosotros mismos sino a derramar a nuestro alrededor los mismos dones que recibimos de Dios. La solemnidad del Corpus Christi, es una festividad esencialmente eucarística y debe tener su centro para nosotros los católicos, en una gozosa celebración, de la que la posterior procesión por nuestras calles, es público testimonio.
En Maizal
En este día en Maizal el Padre Francisco Paulino (Párroco de Nuestra Parroquia), realizó la celebración de tan importante eucaristía, acudiendo cientos de personas, en donde jóvenes hicieron su primera comunión. Este día nos recuerda al que se ha entregado y se entrega cada día en el altar por nosotros y por nuestro amor.
Celebramos el Sacramento del Amor y ese amor nos invita a corresponder, a no encerrarnos en nosotros mismos sino a derramar a nuestro alrededor los mismos dones que recibimos de Dios. La solemnidad del Corpus Christi, es una festividad esencialmente eucarística y debe tener su centro para nosotros los católicos, en una gozosa celebración, de la que la posterior procesión por nuestras calles, es público testimonio.
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